12/05/2002

¿Ambientalistas contra los zapatistas?

Carmelo Ruiz Marrero
Periódico CLARIDAD
Puerto Rico, 29 de noviembre 2002


El grupo ambientalista estadounidense Conservation
International (CI) está pidiéndole al gobierno
mexicano que use sus fuerzas armadas para aplastar al
Ejército Zapatista de Liberación Nacional de una vez y
por todas, según informó el diario mexicano La
Jornada. La organización sostiene que el grupo
guerrillero y las invasiones "ilegales" de campesinos
a la selva Lacandona están destruyendo el bosque
tropical, por lo cual se necesita una intervención
militar.

¿A qué se debe el empeño de CI en que se resuelva el
"problema" de Chiapas lo antes posible, a las buenas o
a las malas? ¿Qué intereses hay envueltos?

Ecología sin el pueblo

La selva Lacandona de Chiapas ha experimentado
incontables tipos de explotación a través de los
siglos, desde deforestación para extraer madera, el
establecimiento de grandes ranchos ganaderos,
explotación petrolera y represas hidroeléctricas, y
más recientemente la privatización de la diversidad
biológica.

El gobierno mexicano declaró parte de la jungla como
Reserva de la Biosfera en la deecada de los 70, sin
consulta alguna con los habitantes de la región. En
esta reserva, llamada Biosfera Integral Montes Azules,
se encuentran no solamente bases del EZLN sino también
28 poblados de "invasores" que CI quiere que la
administración del presidente Vicente Fox expulse.

Pero el decir que la selva Lacandona está siendo
destruida por "campesinos ignorantes" y "terroristas
de izquierda" es una simplificación crasa e injusta
que ignora las complejas realidades socieconómicas,
salvajes desigualdades sociales y conflictos de clase
en el sur de México, según la revista electrónica
Corporate Watch.

"Hemos sido acusados de destruir la jungla. Pero
nosotros como pueblo indígena somos los verdaderos
guardianes del ambiente, vivimos junto con la jungla",
dijo Corporate Watch un residente de Montes Azules que
se identificó bajo el alias de Juan Gómez, por temor a
represalias del ejército. "Si la jungla muere nosotros
morimos con ella." Gómez, de 33 años de edad es
indígena Tzeltal, residente de tercera generación de
Montes Azules y militante zapatista.

Corporate Watch enfatiza que no fueron los indígenas
ni los campesinos "invasores" quienes pusieron los
ranchos ganaderos, represas hidroeléctricas,
autopistas y pozos petroleros que tanto daño ambiental
le hacen a la selva.

El botín biológico

La biodiversidad es el nuevo botín que buscan las
corporaciones transnacionales en Chiapas. Esta
diversidad es la materia prima de las industrias de la
vida (empresas agroquímicas, farmacéuticas y de
biotecnología) en el llamado "siglo de la
biotecnología". Estas riquezas biológicas, desde
secuencias genéticas hasta organismos enteros, son
patentizadas por las corporaciones y de este modo
privatizadas para su explotación comercial.

Los biólogos, ambientalistas y empresarios envueltos
en esta práctica la llaman bioprospección. Pero
numerosos grupos progresistas y de sociedad civil y
pueblos indígenas la llaman biopiratería. Desde tan
temprano como 1994 CLARIDAD estaba informándoles sobre
esta controversia. CI tiene acuerdos de bioprospección
con varias corporaciones en diferentes partes del
mundo y sostiene que esta actividad genera incentivos
para la protección de los bosques tropicales.

El gobierno mexicano, CI y el Grupo Pulsar, compañía
mexicana que es la novena empresa de biotecnología en
el mundo, han establecido estaciones de investigación
biológica en la jungla. Pero residentes locales ven
esas instalaciones como bases de biopiratería. Según
ARIC-Independiente, organización de campesinos de
Lacandona, antes les robaban oro, madera y tierras,
pero hoy les roban su "oro verde": la biodiversidad.

Pulsar es uno de los mayores donantes de CI y está
contando con los recursos biológicos de Chiapas para
posicionarse como líder de la biotecnología en América
Latina. Alfonso Romo, jefe de Pulsar, es una de las
personas más incluyentes en la administración Fox.

Según La Jornada, CI tiene un sistema de información
geográfica (GIS en inglés) de Montes Azules donado por
la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados
Unidos (USAID) y basado en fotos tomadas por satélites
de la NASA con resolución de diez metros. También
informa el periódico que CI realiza misiones de
reconocimiento sobre la selva Lacandona semanalmente
en un avión de USAID que toma fotos de alta resolución
con una cámara digital.

Ecología neoliberal

La reserva Monte Azules es parte del Corredor
Biológico Mesoamericano (CBM), el cual pretende
conectar unas 300 áreas protegidas desde Panamá hasta
México. Esta iniciativa, financiada con $6 mil
millones de la Global Environmental Facility del Banco
Mundial, agencias gubernamentales y organizaciones
privadas, está siendo duramente criticada por ignorar
los derechos ancestrales de los pueblos indígenas del
área, imponer un modelo elitista de conservación
ambiental y por alegadamente ser un fronte para la
biopiratería.

El CBM es el componente ambiental del Plan Puebla
Panamá (PPP), sobre el cual reportamos el mes pasado.
El PPP es un masivo plan desarrollista que busca
convertir a México y Centroamérica en una gran zona de
libre comercio, con una masiva infraestructura de
telecomunicaciones, transportación, energía y turismo.

Y el PPP cae como anillo al dedo dentro de los planes
de establecer el Area de Libre Comercio de las
Américas (ALCA). El ALCA es importante para facilitar
y acelerar los proyectos del CBM y el PPP.